En los últimos tiempos, cualquier ciudadano que viva o esté al tanto de la actualidad política de las Baleares se habrá quedado boquiabierto ante la inmensa proliferación de noticias relacionadas con la corrupción que asola a determinadas formaciones políticas, concretamente a dos.
Lo cierto es que muchos de estos ciudadanos habrán concluido que el tópico según el que todos los políticos son corruptos se acerca bastante a la realidad y, a tenor de la abundancia de noticias en tal sentido, es lógico que puedan haber llegado a este pensamiento, pero basta con prestar una mínima atención a las siglas que día tras día figuran en las nuevas para negar categóricamente que todos los partidos políticos de las islas pueden ser juzgados con el mismo patrón.
(Segueix)